Bubbles fue víctima de la caza furtiva en África. Si bien él logró sobrevivir, la mayor parte de su manada y su familia fue asesinada. Luego de quedar huérfano, fue adoptado por la reserva Myrtle Beach Safari en 1983.
En 2007, la reserva contrató a una persona para que construya una piscina para el elefante. El contratista dejó abandonada a su cachorra de labrador. El parque decidió adoptar a la perrita y, desde entonces, Bella y Bubbles pasan sus días jugando juntos en la reserva de 20 hectáreas.
La diferencia de tamaño no evita que el elefante, que hoy tiene 34 años, disfrute de los deportes acuáticos con la perra de 5 años. “Las amistades a veces no tienen restricciones. En lo que respecta a su amiga Bella, Bubbles es el mejor compañero de juego”, explican en el blog de la reserva.
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Actividad: Inventa un pequeño diálogo entre ambos animales en el que se manifieste el afecto que se tienen el uno con el otro.----
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