jueves, 30 de octubre de 2014

-La chaquetía



Nos acercamos a unos días de calendario donde recordamos aún más a nuestros difuntos y, al margen de que los visitemos en los cementerios y los recordemos, los hemos unido de manera inseparable a la gastronomía en estos días de primeros de noviembre.
La relación entre las costumbres gastronómicas y religiosas ha existido desde tiempo inmemorial, y aún más en el mundo occidental donde vivimos. No hay más que echar la vista atrás para observar las culturas primitivas y antiguas como enterraban a sus difuntos junto con comida para el viaje por la Laguna Estigia. Aún hoy, en muchos países especialmente americanos, el día de los difuntos o la conmemoración del santo del fallecido, se suele ir al cementerio y celebrar una especie de ágape junto a la tumba del ser querido.

  

 No tenemos que irnos ni tan lejos en el tiempo ni en el espacio, en nuestra tradición extremeña también existe una tradición gastronómica relacionada con la muerte: la celebración el día de 1 de noviembre de La chaquetía o "cachetía", como algún paisano me ha dicho. En este día es habitual salir al campo a asar castañas y a degustar fiambres y otros platos típicos del pueblo. Aunque ya se está perdiendo, hasta hace unas décadas atrás los muchachos iban por las casas y recitan o cantan lo siguiente:

Tía la chaquetía,
los pollos de mi tía,
unos cantan y otros pían, 
y otros piden ¡castañas cocías!

Después del canto juvenil se les daba en una pequeña bolsa con castañas, higos, altramuces, membrillos u otras frutas.

  Hoy lo rememoramos en nuestro cole con la ayuda de nuestros papis.

1 comentario:

  1. Somos Luna y Paloma. Las castañas estaban buenísimas y le damos a todos esos padres nuestra apropación con un 10!!!

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